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Mostrando entradas de octubre, 2011

Una zarigüeya nunca es suficiente.

Un cliente baja a la recepción de un hotel para mostrar su queja sobre un incidente que ha tenido lugar... Valdo V. Vázquez: (Tocando el timbre de la recepción) ¡Oiga! ¡Oiga! Recepcionista: Dígame caballero. Valdo V. Vázquez: Tengo una queja, hay una zarigüeya en mi habitación y yo había pedido dos. Recepcionista: Lo lamento caballero, pero el hotel no está relacionado con ese tipo de política. Si quiere puedo cambiarlo de habitación. Valdo V. Vázquez: Está bien. Recepcionista: ¿Quiere una habitación con vistas? Valdo V. Vázquez: Prefiero que tenga conversación, ¿Qué puede decirme de aquella? (señalando) Recepcionista: Eso es un cuadro. Valdo V. Vázquez: Me está sacando de mis casillas, ¿dónde está mi caviar? Recepcionista: ¿Caviar? Valdo V. Vázquez: ¿Quién ha dicho caviar? (Acercándose al recepcionista) Escúcheme, James Stewart nos está observando desde la ventana, no hay tiempo que perder. Recepcionista: ¿Cómo? Valdo V. Vázquez: ¡No

Algo absurdo.

Debíamos escapar, no teníamos otra elección. El canciller Helmud Felpa pretendía llenar la Europa occidental de una pegajosa doctrina política acompañada de hombreras y colores chillones que haría desvanecer la mayor de las voluntades. Huimos a través de un largo túnel que resultó ser el colón del sargento de artillería y fuegos fatuos Robert SmileForever, nunca volví a ver un colón tan bien amueblado. Tras una semana de persecuciones llegó a nuestros oídos que el canciller Helmud Felpa fue apresado en la frontera de belcro situada en las puertas de Brandeburgo, la rana Gustavo también causó baja. Y ahora hablemos de Sócrates. Sócrates perdió su nombre en una partida de póker griego, cuando fue al registro civil solo quedaban dos nombres: Galiano y Angela Merkel. Así que prefirió llamarse Sócrates, como el jugador de la selección brasileña de fútbol. Alguien piensa que Sócrates fue un personaje real, y está claro que su educación fue posterior a la década de los noventa. Gracias