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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Hagan las Indias.

Extracto de la carta que el capitán Salazar Morris Escudero escribió a su esposa: < las sales de baño y las haches, hasta el punto de no dejarlas utilizar los baños públicos. Todo un ejemplo de inadaptación a los tiempos que corren, incluso a los que van en bicicleta. Por nuestra parte seguimos en busca del tesoro perdido. La misión se está complicando por momentos, ya he perdido siete hombres y solo llevamos tres días de búsqueda. Empiezo a pensar que la premonición de aquel anciano del poblado se está cumpliendo, la sigo escuchando como si me la hubiese escupido hace un minuto… “¡Eh! ¡Tú! Si no llenas de aire las bombonas los buzos se morirán” Aunque ya sabes que no creo en esas supercherías. Mañana se presenta un día apasionante, vamos a explorar una zona nueva, estoy ansioso por explorar esas playas. Por estos parajes hay gente de todo tipo, individuos con extrañas manías. Adoran a dioses equivocados, gobiernan con doctrinas obsoletas y tien

No es otro estúpido texto surrealista.

Un individuo con puro y paraguas entra en una sastrería… Filipe: (Dirigiéndose al sastre) Buenas tardes, mi nombre es Filipe de Luz y querría un traje digno de una recepción con el embajador de Freedonia. Sastre: Buenas tardes, ¿prefiere el caballero un traje elaborado o hecho a medida? Filipe: El de mayor calidad de la tienda, y no importa el precio, no se preocupe por eso. Sastre: En ese caso podría sugerirle la elaboración de un traje a medida con la mejor de las telas. Filipe se dirige a la entrada para cerrar la puerta y bajar las persianas ante el estupor del propietario. Sastre: ¡¿Qué ocurre!? Filipe: ¡No hay tiempo! La recepción es esta noche… (Pasando su brazo por el hombro del sastre) Y además me persiguen… Sastre: ¿¡Cómo dice!? Filipe: (mirando tras la persiana) Cómo oye, un grupo de radicales me persiguieron ayer por toda la ciudad, suerte que la policía actúo a tiempo para detenerlos. Dispararon a las ruedas del coche para detenerlos; acto seg

Fin.

Quaid no pudo hacerse cargo de la hipoteca y no finalizó la historia. Ahora, se encuentra sumergido hasta el cuello en una playa del atlántico océano en busca de la involución que le otorgue la felicidad. Fin.