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Un poco de historia

Todo comenzó con un montón de palabras casi ordenadas. Dionisio andaba por el lugar inspirando los más finos y perspicaces balbuceos del elenco. Casi como una conversación, casi ordenados. Sofista1: Esta…mos perdiendog cuuuuota de helenosx. Sofista2: Sip Sofista1: A ver… si ereg capá de congtruí una idea… ¡eres un maestro del conocimiento! Sofista2: ¡Eg maldito Sócrates! Nos está comiendo terre…no. Sofista1: ¡Ereh un maegto! Sofista2: Lo sé. Él no cobra por el conocimiento. Sofista1: Debe…ría…mos unificar criterios… para… Sofista2: ¡Cierto! Criterioz y categoriaz. Sofista1: ¡No hay huevos! Sofista2: ¿¡No hay huevos!? AGUÁNTAME EL ESQUIFO.   Y así, queridos amig@s, fue como nació la UFC. Allá por el siglo V A.C los sofistas decidieron unificar criterios con Sócrates a través de la palabra no escrita en el famoso octógono ateniense de La Acrópolis. Octógono y lugar de celebraciones con un fabuloso catering. En ese momento existía un grave problema entre los dere

Receta para un guacamole de 10

Aún no había llegado al umbral de la adolescencia, apenas estábamos en el portal de la preadolescencia cuando el tío de mi vecino Manuel se acercó y nos preguntó. -¿Qué es lo que más os gusta de la vida? Mis amigos respondieron casi al unísono y sin tiempo para masticar la respuesta. -¡Los coños! Yo me tomé mi tiempo para afirmar sin rubor. -El olor a viejo de un libro mil veces releído y tu reloj de oro. En ese momento me di cuenta de que quería ser escritor. No tardé ni unas horas en entrar en la librería de mi barrio para llevarme un ejemplar de Cuentos sin plumas, una pluma estilográfica y una pitillera de plata. Era increíble la facilidad que tenía Fermín, el librero de mi barrio de 78 años, para correr tras mis pasos. Durante mucho tiempo se convirtió en un referente para crear mis historias más exitosas y mis personajes con mayor riqueza: “Las rosas rojas y sus collares de perlas”, “El robo del reloj de cuco” o “Aquellas maravillosas carteras”. Fue la

Piratas de la ISO 9001

Un barco con diez hombres armados aborda a otra embarcación de marcha más lenta. El pánico se generaliza y los pasajeros acaban agolpados en el lado menor del triángulo que forma la cubierta. Cuestiones:  -Calcula a que hora se cruzan los trenes en el punto B. Cedric, uno de los pasajeros, ha abusado de los fritos en el último mes y le está empezando a costar trabajo subir las escaleras. Lorena por su parte sigue pensando que si el universo sigue expandiéndose tendrá que comprarse un coche diésel. El pirata con la barba por las rodillas da un paso al frente para dirgirse a la muchedumbre asustada. -Estrabón: Tranquilitos todos, soy Estrabón; el corsario más sanguinario de los siete mares. No hagáis ninguna tontería y nadie sufrirá ningún daño físico ni moral. Y hablo totalmente en serio. -Matilde: Señor... señor... puedo darle mi reloj de oro, es un rolex auténtico... está valorado en más de diez mil euros. -Estrabón: Jajaja, ¿habéis oído chicos? (Todos

Luciérnagas de bajo consumo

-Perdona Paco, ¿puedes acercarme mi bolso? Necesito mi bloc de notas. -Claro, una cosa... ¿vas a necesitar algo más de tu bolso? -Pues no lo sé... -Bueno, te lo digo porque la semana pasada, concretamente el lunes, me pediste que bajase la tapa del váter y tres días más tarde me lo volviste a pedir. Para no ir dos veces, ¿sabes? -¿Cómo puedes ser tan cretino? -¡Enseguida saltas a criticarme! Lo único que quiero es optimizar los esfuerzos. -Ya te veo levantando  la copa del mundo de los optimizadores. -¿¡Lo ves!? Otra vez. Pero no me extraña, al fin y al cabo vivimos en el país de la crítica. ¿¡Sabes!? Voy a escribir un libro que se va a titular "Críticas de destrucción masiva". -El título es impactante. -Será un best-seller. Y voy a empezar a escribirlo esta misma noche... creo que voy a sentarme en el jardín, aprovechando que hace una noche muy buena. -Fíjate que colores tienen esas luciérnagas. -Preciosas. -Menos mal que compramos luciérnagas de bajo

Cruzadas

Dos soldados emprenden su camino a las Cruzadas, abandonando las calles de su localidad natal. Andrés: ¡Maravilloso! Simplemente maravilloso. Paula: ¿Qué te pasa? Andrés: ¿Qué me pasa? ¿No lo ves? Han cerrado la cafetería de la esquina. Paula: Es normal. Andrés: ¿Cómo qué es normal? Paula: Vamos camino de las Cruzadas, no quedará nadie para tomar café. ¿No ves que no hay nicho de mercado? Andrés: Pues siempre he vigilado mejor con un poco de cafeína en el cuerpo. Paula: Eso es lo de menos, ahora hay problemas mayores. Andrés: ¿Cómo cuales? Paula: ¿Cuáles? Vamos, no lo puedes estar diciendo en serio. Andrés: Sí, dime uno. Paula: Está bien... la esperanza de vida. Andrés: A ver... Paula: La esperanza de vida en este pueblo es de siete años, los niños se apuntan a los viajes del Imserso a los cinco años. Andrés: Es verdad... para eso vamos a una guerra, para mejorar los seguros sociales.

Ronbun

- Primero soy un ser humano. -Lo sé, y me parece precioso; pero antes que ser humano eres una vagina. Que bonito diálogo para cualquier final de una película de Disney. El Sir esperaba encorvado junto a una esquina. Una sombra trajeada, con una bufanda a juego, se le acercó con el sigilo de la brisa con zapatos de estar por casa. Espalda con espalda se dedicaron a intercambiar frases vitales para el destino de millones de personas... -H1. -Tocado. -H2. -Tocado. -H3. -Hundido. Tras el breve intercambio de palabras ambos tomaron sus caminos y desaparecieron en la noche. Una semana más tarde se vieron en el mismo sitio y a la misma hora, la calle aún seguí caliente por el fuego de mortero. -¿Tiene bigote? -No. -¿Tiene gafas? -No. -¿Está calvo? -Sí. -¿Es gordo? -Sí. -¿Es perspicaz? -Sí. -¿Es Harry? -No. Ambos tomaron el camino de ida para crear la vuelta a sus respectivos escondrijos. Una semana más tarde vo

El viejo y Salvaje Oeste. Historías del día a día.

La guerra por el ferrocaril solo acababa de empezar y el Viejo y Salvaje Oeste iba a cobrar su factura. La diminuta ciudad a la falda de la montaña, Very and Old Small City, bailaba la danza de la muerte desde el amanecer, pausa para el café, hasta la noche de lunes a viernes, sábado media jornada y domingo libre. La disputa enfrentaba a las dos familias más poderosas de la ciudad: los Danson y los Flanagan. Los Danson controlaban la mitad oeste de la ciudad y los Flanagan la mitad este y los aparcamientos para minusválidos. Los enfrentamientos era contínuos y continuados en el tiempo, cada vez que ambas familias coincidian en la plaza de la villa tenía lugar un enfrentamiento musical; canciones y coreografías cargadas de crueldad y musicalidad. Esguinces de tobilo, callos en los pies, durezas y sobrecargas musculares eran los efectos colaterales de esos terribles enfrentamientos. -¿Queréis el oeste? El oeste cuesta y aquí es donde empezáis a pagar. Con sudor -